Lentamente el Eco de Drexler se fue desvaneciendo entre los gritos de la gente que subía las escaleras... habíamos ganado un partido en un mundial... hace más de cuarenta y tantos años que algo así no nos pasaba, y aunque ya habían pasado varias horas desde aquel milagro, la gente no paraba de festejar.Hace unos meses no parábamos de llorar, y de lamentarnos... las cosas no cambiaron mucho, pero ya no lloramos como antes, supimos levantarnos y sonreír ante la adversidad.
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