lunes, 21 de junio de 2010

El Eco

Lentamente el Eco de Drexler se fue desvaneciendo entre los gritos de la gente que subía las escaleras... habíamos ganado un partido en un mundial... hace más de cuarenta y tantos años que algo así no nos pasaba, y aunque ya habían pasado varias horas desde aquel milagro, la gente no paraba de festejar.
Hace unos meses no parábamos de llorar, y de lamentarnos... las cosas no cambiaron mucho, pero ya no lloramos como antes, supimos levantarnos y sonreír ante la adversidad.